La Semana Santa, nos deja escenas para el recuerdo en el exterior de la Catedral, junto a la que discurren la mayoría de las procesiones, y donde se producen emotivos encuentros, como el que tiene lugar la noche del Lunes Santo entra la Virgen y su hijo, y que año tras año reúne a multitud de personas. Pero además, la Catedral de Ávila es en estos días un ir y venir constante de gente: devotos, turistas, religiosos y curiosos, ya sean abulense o foráneos, que se mezclan con los cofrades que se afanan por cuidar hasta el último detalle de las imágenes titulares de sus cofradías penitenciales.
En estas fechas, todo aquel que reside o llega a Ávila, tiene un motivo más para visitar la Catedral: su interior se convierte en un pequeño museo que acoge algunos de los pasos procesionales más bellos de la ciudad. Durante esta Semana de Pasión, las imágenes permanecen inmóviles ante nuestros ojos, siendo una magnífica oportunidad para disfrutar de cerca y sin prisas de todos los detalles que pasan desapercibidos mientras procesionan por las calles.
Si bien es cierto que, en cualquier momento del año, puedes disfrutar en la girola de la catedral del Santísimo Cristo de las Murallas (año 2000), una obra única y muy abulense, el resto de imágenes permanecen ocultas o dispersas por la ciudad fuera de estas fechas. Es el caso, por ejemplo, de uno de los pasos que despierta mayor devoción entre los abulenses: Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli (1948). Junto a él, es posible conmoverse también con el sufrimiento de la Virgen del Mayor Dolor (1947) que protagoniza el cartel oficial de la Semana Santa de este año.
También te esperan en la Catedral los pasos titulares de la cofradía más antigua de Ávila, la del Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz (data de 1540). De entre todos, destacamos los llamados “Salzillos castellanos”: La Santa Cena, el Prendimiento y la Caída. Todos ellos son obras de principios del siglo XX de Manuel Sánchez Araciel, que siguen muy de cerca e incluso copian los modelos del escultor Francisco Salzillo que pueden verse en el museo que lleva su nombre, o por las calles de la ciudad murciana durante la Semana Santa. En Ávila, protagonizan en tarde del Jueves Santo la “Procesión de los Pasos”.
Y terminamos este breve recorrido, que no se agota aquí, mencionando al paso más “viajero” de la Semana Santa: el Santísimo Cristo de los Ajusticiados (una obra anónima de principios del siglo XVI). Decimos esto, porque además de recorrer la ciudad el Jueves Santo, es el que ejerce de guía de la multitud que, en la penumbra de la madrugada, lo acompaña en su recorrido alrededor de la muralla durante el Viacrucis del Viernes Santo.
Por todo ello, la visita a la Catedral de Ávila, e incluso a su torre-campanario, esta Semana Santa está más justificada si cabe. Te invitamos a acompañarnos durante las celebraciones litúrgicas, y para que puedas disfrutar de los magníficos tesoros que esconde la primera catedral gótica de España, hemos ampliado nuestros horarios.