Capilla de la virgen de la piedad o de los dolores
La capilla fue fundada por el arcediano de Arévalo, Don Rodrigo Dávila, a mediados del siglo XVI en estilo renacentista, por tanto, posterior a la terminación de las obras de la catedral. Es también conocida como Capilla de la Blanca al estar presidida por una escultura en mármol blanco de Carrara, obra de Juan Bautista Vázquez «el Viejo», de 1560, copia de la magnífica Piedad de Miguel Ángel, aunque con rasgos distintivos del renacimiento español, menos apegado a los ideales de belleza y las proporciones clásicas. En esta capilla se venera también la imagen de la Virgen de la Caridad, a quien, según la leyenda, Santa Teresa de Jesús se encomendó de niña tras la muerte de su madre. Es una talla de vestir del siglo XV, que procede de la destruida iglesia de San Lázaro, situada a la orilla del rio Adaja.
Capilla de La Concepción
Junto a la Capilla de la Piedad forman un cuerpo anexionado al templo durante el siglo XVI. Este espacio fue fundado por el deán Cristóbal Medina, cuyo sepulcro se encuentra a la izquierda del altar y fue construido por el arquitecto Pedro del Valle, ligado a las obras de El Escorial. Preside esta capilla un retablo de plata procedente de la capilla de San Miguel.
Capilla de San Pedro
El espacio reservado para esta capilla no es el original, pues se planteó a los pies del templo, siendo su fundador el arcediano Nuño González del Águila. Su actual emplazamiento es el crucero norte, un espacio presidido por un tríptico dedicado a San Pedro y atribuido al pintor salmantino Fernando Gallego, del siglo XV. En la tabla central aparece el Santo Apóstol en la cátedra, una escena de gran colorido y riqueza por el pan de oro de la capa pluvial y el nimbo. Las tablas laterales, en las que se profundiza más en la representación del paisaje, muestran el martirio de San Pablo en presencia de San Pedro y la aparición de Cristo a San Pedro cuando huía de su encarcelamiento en Roma. Las tablas están acogidas por un marco dorado de decoración flamígera.
Capilla de San Antolín
Situada en el crucero norte, junto a la anterior de San Pedro, es una capilla fundada por el deán don Blasco Velázquez, en la que destaca el retablo escultórico ejecutado por Isidro de Villoldo en 1551.
En la parte superior, bajo un arco de medio punto, aparece Cristo crucificado junto a la Virgen y San Juan, además de cuatro ángeles que parecen descorrer unos cortinajes. En torno a la hornacina que acoge la figura principal de San Antolín aparecen San Pedro y San Juan Bautista. Están situados sobre dos espacios que acogían los restos de las Santas Emerenciana y Eufemia, cuyos bustos relicarios se conservan hoy en el museo.
El conjunto está enmarcado por una estructura manierista rematada en frontón y sustentada por columnas, en las que aparecen heraldos con los escudos de la familia de los Velada y las representaciones alegóricas de la Fe y la Esperanza.
Capilla de San Rafael (Antigua Capilla de San Vidal)
Situada en el primero de los espacios de la girola desde el lado norte, esta capilla estuvo dedicada a San Vidal y a Santa Ana, estando presidida por una tabla flamenca del siglo XV y la escultura barroca del santo, ambas expuestas en el Museo.
El actual retablo se realizó en el siglo XVIII para cubrir el espacio que había quedado desnudo por el traslado de los restos de San Vidal a la capilla contigua de los Velada. Es una pieza de madera tallada, de hermosa factura barroca, con profusa decoración y una hornacina en el centro para acoger la talla de San Rafael. Bajo el retablo se encuentran los restos del obispo de Plasencia don Sancho Dávila y Toledo. La reja que cierra el espacio es del siglo XVI.
Capilla del Sagrado Corazón (Antigua Capilla de Los Velada)
Su fundación se remonta a 1603, mandada construir por don Gómez Dávila, Marqués de Velada, y pensada como espacio de sepultura familiar, aunque el fundador fue enterrado en la Capilla de San Antolín. Es un espacio completamente independiente del resto de la Catedral aunque unido a ella, un edificio de planta cuadrada al que se accede por la segunda capilla de la girola y se adhiere a la muralla por dentro.
Su construcción se prolongó en el tiempo, no dándose por terminada hasta el siglo XIX por problemas estructurales. De su interior destacan las esculturas de Santo Tomás de Aquino y San Agustín, así como la imagen de Cristo Rey, adquirida en el siglo XX. El Sagrario fue adquirido por el Cabildo para guardar allí de modo permanente el Santísimo Sacramento.
Capilla de San Nicolás
Empotrada en el muro del ábside, está presidida por un hermoso retablo renacentista, cuya tabla central muestra al Santo de Bari.
Destaca de esta capilla el sepulcro situado a la derecha de la pintura, donde descansan los restos del obispo don Hernando, muerto en el año 1292. En él aparece una sugestiva representación escultórica de la subida del alma del difunto a los Cielos, ayudado por ángeles.
Capilla de Santiago
Esta capilla, situada en la girola, fue fundada por el arcipreste de Ávila don Vicente de Villalba en 1651, cuyos restos reposan en ella.
La capilla acoge actualmente la imagen titular de la Junta de Semana Santa de Ávila, El Cristo de las Murallas, una talla de madera realizada en el año 2000 por el escultor abulense Nicomedes Díaz Piquero, que muestra a Cristo crucificado situado sobre la ciudad de Ávila representada por sus murallas.
Capilla de Nuestra Señora de Gracia
Está situada en el centro de la girola y fue desde muy antiguo el altar principal de la catedral después de la capilla mayor. Es una capilla de gran devoción histórica gracias a la imagen que aparece en el retablo, conocida como Nuestra Señora de Gracia por los favores divinos que les eran concedidos a aquellos que la veneraban. Este retablo, que data de 1496, es atribuido al Maestro de Ávila, pintor identificado por algunos como García del Barco.
Consta de cinco tablas, de las cuales la central presenta a la Virgen con el Niño, una bella figura sentada en su trono, con un rostro muy expresivo y gran bondad en su mirada. A su lado hay dos tablas con menor uso del oro, aunque de clara inspiración flamenca. Se trata de la Anunciación y el Nacimiento. Bajo estas hay otras dos tablas menores con figuras de profetas, quedando en el centro el sagrario procedente de otro retablo pero adaptado a este en el siglo XX. Esta capilla está presidida por la hermosa vidriera de la Virgen con el Niño, obra del siglo XV de Juan de Valdivieso y Diego de Santillana.
Capilla de San Juan Evangelista
Se encuentra junto a la capilla de Nuestra Señora de Gracia y contaba con un retablo que representaba al evangelista, pero que fue retirado en 1966. La verdadera advocación de este espacio viene dada por la vidriera del siglo XIII, de la cual solo se conserva un pedazo que representa al santo apóstol.
En esta capilla se encuentran los sepulcros de doña Beatriz Vázquez y de fray Domingo Suárez, obispo de Ávila en 1321 y enviado como embajador a Alemania por Alfonso X el Sabio.
Capilla de San Segundo
En el año 1594 fue el obispo de Ávila don Jerónimo Manrique de Lara quien, viendo la devoción que los fieles de Ávila tenían hacia su primer pastor, solicitó el traslado de las reliquias desde la ermita románica del rio Adaja hasta la Catedral, proponiéndose también la construcción de una capilla para la conservación de los restos.
El arquitecto Francisco de Mora comenzó las obras de la capilla, a la cual se accede a través de la girola y desde el exterior del templo, por unas escalerillas en la calle que lleva el nombre del santo. El conjunto se da por terminado en 1615, año en que se instalan definitivamente allí las reliquias en una urna. La capilla se compone de un espacio rectangular con tribuna, con cubierta de medio cañón para el presbiterio y bóveda semiesférica sobre pechinas para el altar.
Muy posterior al conjunto arquitectónico es el actual retablo-baldaquino que custodia las reliquias del santo obispo. Se trata de una obra magna de la retablística barroca española, realizada por el salmantino José Benito de Churriguera en 1716. Se caracteriza por las pautas propias del pleno barroco, de abundante y compleja decoración en elementos vegetales que enmascaran la estructura, buscándose requiebros que produzcan efectos de luces y sombras.
Capilla de Santa Teresa (Antigua Capilla De San Blas)
Situada en el lado derecho del crucero, se distingue principalmente por los restos de pintura mural que presenta, trabajados en estilo gótico y ocultos durante siglos por un retablo dedicado a San Blas. Tras retirarse el retablo en 1964, se dedicó la advocación a Santa Teresa, cuya imagen en madera policromada ocupa el centro del conjunto.
También encontramos en este espacio los sepulcros de algunos miembros de la familia Dávila, como el de don Blasco Dávila, obispo de Sigüenza, o el don Sancho Dávila, capitán de los ejércitos de los Reyes Católicos. En el nicho restante, carente de decoración, se ha supuesto el enterramiento del obispo don Sancho Blázquez Dávila, quien impulsó las obras de finalización de la catedral en el siglo XV.
El arquitecto Francisco de Mora comenzó las obras de la capilla, a la cual se accede a través de la girola y desde el exterior del templo, por unas escalerillas en la calle que lleva el nombre del santo. El conjunto se da por terminado en 1615, año en que se instalan definitivamente allí las reliquias en una urna. La capilla se compone de un espacio rectangular con tribuna, con cubierta de medio cañón para el presbiterio y bóveda semiesférica sobre pechinas para el altar.
Muy posterior al conjunto arquitectónico es el actual retablo-baldaquino que custodia las reliquias del santo obispo. Se trata de una obra magna de la retablística barroca española, realizada por el salmantino José Benito de Churriguera en 1716. Se caracteriza por las pautas propias del pleno barroco, de abundante y compleja decoración en elementos vegetales que enmascaran la estructura, buscándose requiebros que produzcan efectos de luces y sombras.
Capilla de San Ildefonso
Situada en el crucero sur, está protagonizada por el retablo gótico del siglo XV perteneciente a un maestro castellano, reticulado en tres calles y dos cuerpos. Abajo aparece la representación de San Pedro, el Martirio de San Sebastián y San Pablo.
Arriba se muestra la Natividad, un Calvario y a Santa Ana. Se trata de un conjunto pictórico ligado a los preceptos trecentistas italianos, con una importante presencia de los dorados, sin excesiva importancia del fondo paisajístico y con gran interés por las figuras en primer plano.
En esta capilla se encuentran los sepulcros de don Pedro González de Valderrábano, miembro del consejo del rey Juan II y de don Alonso de Valderrábano, deán catedralicio y fundador de la capilla.
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