La sala principal del museo coincide con la capilla que mandó construir el Arzobispo Quiroga en 1490, llamada Capilla de Cardenal. A esta gran sala de estilo gótico se accede cruzado una rejería plateresca de Juan Francés y está cubierta con bóvedas de crucería, recibiendo iluminación exterior a través de dos bellas vidrieras renacentistas que representan el Nacimiento de Cristo y la Adoración de los Magos. Es, asimismo, la capilla funeraria del Cardenal Francisco Dávila Mújica y de Garcibáñez de Mújica y Bracamonte, cuyo retrato, realizado por El Greco entre 1604 y 1614, preside la sepultura.
El centro de la sala lo ocupa la Custodia Procesional de Juan de Arfe, realizada en 1571. Está trabajada toda ella en plata, mide 1,70 metros y pesa aproximadamente 70 kg. Tiene la estructura de una esbelta torre, una micro-arquitectura en la que se siguen los preceptos arquitectónicos renacentistas, quedando dividida en un total de seis pisos en los que se narra un complejo programa catequético al servicio de la Eucaristía, combinándose relieves y figuras de bulto redondo.
Para presidir el altar de esta capilla fue realizado en el siglo XVII el gran lienzo de Bartolomé Román, discípulo de Velázquez, que representa a San Francisco de Asís en la Porciúncula. Entre las otras muestras pictóricas del conjunto cabe destacar la Madonna de Lorette, una imagen de la Sagrada Familia, que si bien no se puede atribuir directamente a Rafael Sanzio, sí se relaciona con alguno de sus discípulos aventajados como Giulio Romano o Giafrancesco Penni.
En cuanto a las piezas de escultura, esta sala cuenta con un total de seis Crucificados de marfil, entre los que destaca uno románico del siglo XII y uno barroco del 1700, con los brazos muy verticales para adaptárlo a la única pieza en que se trabaja. Las tallas en madera más importantes son dos Vírgenes con Niño del siglo XIII, así como el magnífico sarcófago del siglo XVIII trabajado en madera de nogal.
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