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2 de Mayo, festividad de San Segundo (patrón de Ávila)

Un año más, Ávila se prepara para celebrar las fiestas en honor a San Segundo, personaje que comparte el patronazgo de la ciudad con Santa Teresa. Sus restos descansan en la Catedral de Ávila, en una capilla que lleva su nombre, y que fue erigida con este fin. Pero, ¿quién era Segundo y porque se convirtió en patrón de la ciudad?

Para dar respuesta a algunas cuestiones, hemos de echar la vista atrás, concretamente, nos remontaremos a los primeros siglos de nuestra era. La tradición cuenta, que Segundo, junto con otros seis compañeros (Torcuato, Tesifonte, Eufrasio, Celicio, Indalecio y Hesiquio) fueron los “Varones apostólicos”, discípulos de Santiago y enviados por San Pedro y San Pablo a evangelizar la Península en el siglo I, y a ellos se les atribuye la fundación de las primeras sedes episcopales. Diversas fuentes dicen que a su llegada a la ciudad de Acci (la actual Guadix, en Granada), los siete forasteros no fueron bien recibidos por sus habitantes, que en ese momento celebraban fiesta en honor a sus dioses. En su huida, quedaron acorralados junto a un río, salvando sus vidas milagrosamente debido a la rotura del puente que comunicaba las dos orillas, pereciendo muchos de sus perseguidores.

A raíz de este hecho, se formó un grupo de gente que quedó bajo la protección de San Torcuato (convertido en patrón de Guadix), y el resto, y ya por separado, emprendieron su labor evangelizadora en diferentes lugares de la actual Andalucía. Todos, excepto Segundo, que según las fuentes se dirigió hacia Abula, identificada por muchos con la ciudad de Ávila. Probablemente su nombre quedo en el olvido hasta que, en el año 1519, coincidiendo con unas obras en la iglesia parroquial de San Sebastián y Santa Lucía, se produjo el descubrimiento de un sepulcro con una inscripción que decía “SANCTUS SECUNDUS”, y en su interior se hallaron restos humanos junto a elementos cuyo uso se reserva a los obispos. Dichos restos se identificaron rápidamente con los del santo Segundo, convertido además en el primer obispo de Ávila.

Debido al hallazgo, la ermita cambió su advocación y quedó desde entonces dedicada a San Segundo. Por encargo de Doña María de Mendoza, sobre la tumba se colocó una bella escultura de alabastro realizada por el escultor Juan de Juni (hacia 1573), donde el santo aparece en actitud orante revestido con los atributos propios de un obispo.

Posteriormente, en 1594, los restos del santo fueron solemnemente trasladados en procesión hasta la Catedral de Ávila. Actualmente reposan en la capilla que el obispo Jerónimo Manrique de Lara encarga en su honor al arquitecto Francisco de Mora, la cual fue concluida en 1615. Años más tarde, hacia 1716, se encargó a José Benito de Churriguera un gran retablo-baldaquino que acogiera una urna con sus restos.

El 1 de mayo la imagen de San Segundo visitará un año más la Catedral, para regresar de nuevo a su ermita tras la misa celebrada en su honor el día de su festividad (2 de mayo, 11h). Tras recorrer las calles de Ávila, las puertas de la ermita que lleva su nombre, aguardarán a aquellos abulenses que, cumpliendo con la tradición, visitarán al Santo para pedirle tres deseos, con la promesa de que al menos uno, será cumplido.

Ahora que ya conoces a este personaje, en tu visita a la Catedral, podrás entender fácilmente todos los relieves que aparecen en el retablo de alabastro que reconstruye su vida y martirio. Es obra de los escultores Juan Rodríguez y Lucas Giraldo (siglo XVI) y se sitúa junto al de Santa Catalina, entre la capilla mayor y el coro de la Catedral. Observa cómo junto a una escultura que representa al Santo, aparecen episodios de su vida como: su ordenación a manos de San Pedro y San Pablo, su entrada triunfal a la ciudad de Ávila o el descubrimiento de su sepulcro.